Biomoléculas II: Lípidos
GRASAS
En muchos países en desarrollo, las grasas dietéticas contribuyen,
aunque en parte menor a los carbohidratos en el consumo de energía total
(frecuentemente sólo 8 ó 10 por ciento). En casi todos los países
industrializados, la proporción de consumo de grasa es mucho mayor. En los
Estados Unidos, por ejemplo, un promedio del 36 por ciento de la energía total
proviene de la grasa.
Las grasas, como los carbohidratos, contienen carbono, hidrógeno y
oxígeno. Son insolubles en agua, pero solubles en solventes químicos, como
éter, cloroformo y benceno. El término «grasa» se utiliza aquí para incluir
todas las grasas y aceites que son comestibles y están presentes en la
alimentación humana, variando de los que son sólidos a temperatura ambiente fría,
como la mantequilla, a los que son líquidos a temperaturas similares, como los
aceites de maní o de semillas de algodón. (En algunas terminologías la palabra
«aceite» se usa para referirse a los materiales líquidos a temperatura
ambiente, mientras que los que son sólidos se denominan grasas.)
La grasa corporal (también denominada lípidos) se divide en dos
categorías: grasa almacenada y grasa estructural. La grasa almacenada brinda
una reserva de combustible para el cuerpo, mientras que la grasa estructural
forma parte de la estructura intrínseca de las células (membrana celular,
mitocondrias y orgánulos intracelulares).
El colesterol es un lípido presente en todas las membranas celulares.
Tiene una función importante en el transporte de la grasa y es precursor de las
sales biliares y las hormonas sexuales y suprarrenales.
Las grasas alimentarias están compuestas principalmente de
triglicéridos, que se pueden partir en glicerol y cadenas de carbono, hidrógeno
y oxígeno, denominadas ácidos grasos. Esta acción, la digestión o la división
de las grasas, se produce en el intestino humano por las enzimas conocidas como
lipasas, que se encuentran presentes sobre todo en las secreciones pancreáticas
e intestinales. Las sales biliares del hígado emulsifican los ácidos grasos
para hacerlos más solubles en el agua y por lo tanto de absorción más fácil.
Los ácidos grasos presentes en la alimentación humana se dividen en dos
grupos principales: saturados y no saturados. El último grupo incluye ácidos
grasos poliinsaturados y mono insaturados. Los ácidos grasos saturados tienen
el mayor número de átomos de hidrógeno que su estructura química permite. Todas
las grasas y aceites que consumen los seres humanos son una mezcla de ácidos
grasos saturados y no saturados. En general, las grasas de animales terrestres
(es decir, grasa de carne, mantequilla y suero) contienen más ácidos grasos
saturados que los de origen vegetal. Las grasas de productos vegetales y hasta
cierto punto las del pescado tienen más ácidos grasos no saturados,
particularmente los ácidos grasos poliinsaturados (AGPIS). Sin embargo, hay
excepciones, como por ejemplo el aceite de coco que tiene una gran cantidad de
ácidos grasos saturados.
Esta agrupación de las grasas tiene implicaciones importantes en la
salud debido a que el consumo excesivo de grasas saturadas es uno de los
factores de riesgo que se asocian con la arteriosclerosis y la enfermedad
coronaria (véase el Capítulo 23). En contraste, se cree que los AGPIS tienen
una función protectora.
Los AGPIS incluyen también dos ácidos grasos no saturados, el ácido
linolénico y el ácido linolénico, que se han denominado «ácidos grasos
esenciales» (AGE) pues son necesarios para una buena salud. Los AGE son
importantes en la síntesis de muchas estructuras celulares y varios compuestos
de importancia biológica. Estudios recientes han demostrado también los
beneficios de otros ácidos grasos de cadena más larga, en el crecimiento y
desarrollo de los niños de corta edad. Los ácidos araquidónico y
doco-sahexanoico (ADH) se deben considerar esenciales durante el desarrollo de
los primeros años. Ciertos experimentos en animales y varios estudios en seres
humanos han demostrado cambios definidos en la piel y el crecimiento, así como
función vascular y neural anormales en ausencia de estos ácidos grasos. No hay
duda que son esenciales para la nutrición de las células del individuo y los
tejidos corporales.
La grasa ayuda a que la alimentación sea más agradable. También produce
alrededor de 9 kcal/g, que es más del doble de la energía liberada por los
carbohidratos y las proteínas (aproximadamente 4 kcal/g); la grasa puede, por
lo tanto, reducir el volumen de la dieta. Una persona que hace un trabajo muy
pesado, sobre todo en un clima frío, puede requerir hasta 4 000 kcal al día. En
tal caso, conviene que buena parte de la energía venga de la grasa, pues de
otra manera la dieta será muy voluminosa. Las dietas voluminosas pueden ser
también un problema particularmente serio en los niños pequeños. Un aumento
razonable en el contenido de grasa o aceite en la alimentación de los niños pequeños
aumenta la densidad energética respecto de las dietas de carbohidratos que son
muy voluminosas, lo cual es conveniente.
La grasa también sirve como vehículo que ayuda a la absorción de las
vitaminas liposolubles (véase el Capítulo 11).
Las grasas, e inclusive algunos tipos específicos de grasa, son
esenciales para la salud. Sin embargo, en la práctica, todas las dietas
suministran la pequeña cantidad requerida.
La grasa almacenada en el cuerpo humano sirve como reserva de
combustible. Es una forma económica de almacenar energía, debido, a que como se
mencionó antes, la grasa rinde casi el doble de energía, peso por peso, en
relación con los carbohidratos o las proteínas. La grasa se encuentra debajo de
la piel y actúa como un aislamiento contra el frío y forma un tejido de soporte
para muchos órganos como el corazón y los intestinos.
Toda la grasa corporal no deriva necesariamente de la grasa que se
consume. Sin embargo, el exceso de calorías en los carbohidratos y las
proteínas, por ejemplo, en el maíz, yuca, arroz o trigo, se pueden convertir en
grasa en el organismo humano.´
Observa el siguiente video de apoyo:
y descarga el documento de estudio del siguiente link.
Comentarios
Publicar un comentario